Harry Callahan

(1922 – 1999) Aunque ya estaba entusiasmado con la fotografía, fue en un taller con Ansel Adams en 1941; como también su encuentro con Alfred Stieglitz en 1942, lo que le estableció su pasión por este arte.

Harry Callahan

A partir de entonces, jugó con la exposición y la luz del día para representar paisajes urbanos, vagabundos callejeros o s sus seres queridos.
Obsesionado por sus modales, observaba sin cesar su entorno y se centraba en motivos silenciosos que representaba con una sensación abstracta.

Cuando comenzó a enseñar en el Instituto de Diseño de Chicago, descubrió el trabajo de Mies Van Der Rohe.

Callahan entonces  centró su atención en la arquitectura cuyos contrastes mejoró con la ayuda de imágenes en blanco y negro que resaltaban formas vacías y llenas, así como interiores que el exterior.

Sus últimas fotografías fueron en color. Su búsqueda se resume en su enfoque: ‘Mi crédito, es que soy un hombre para quien el mundo visible existe’.