Nereo López
Un colombiano contador de historias
Nereo López, nacido en Cartagena en 1920, ha sido un testigo excepcional de las transformaciones del siglo XX y comienzo del XXI de Colombia. Un fotógrafo viajero dedicado a “contar historias”, cronista y cartógrafo a la vez, practicante de ese género híbrido entre la poesía visual y el documento que es el foto ensayo. Desde sus inicios supo situarse acertadamente en la geografía nacional, realizando viajes pocos comunes y visitando regiones desconocidas. Entre otras cosas, su trabajo cumplió la importante función de ayudar a “abrir los ojos” a la Colombia urbana, aquella que habitaba los valles y las cordilleras andinas y las costas del Caribe, unida entre sí por unas pocas vías aéreas, fluviales y una débil red ferroviaria, un país que desconocía la vida de otras comunidades que habitaban su territorio.
Estudió fotografía en un instituto de Nueva York. Se especializó en fotografía infantil y, sin embargo, se dedicó a la reportería gráfica. Empezó con El Espectador en 1952 como corresponsal en Barranquilla, en donde posteriormente lo fue también del diario El Tiempo y de la revista Cromos. Con esta última se trasladó a Bogotá en 1957 como jefe de fotógrafos. Catorce meses más tarde se independizó para fundar, junto con un compañero redactor, una agencia de noticias de fugaz existencia que llamó Noticia Gráfica.
Como fotógrafo independiente fue nombrado corresponsal en Colombia de la edición internacional de la revista brasilera 0 Cruzeiro, y ha colaborado, además, con los más importantes órganos periodísticos internacionales.
Su lente viajera ha captado imágenes de Europa, desde el Peñón de Gibraltar hasta Moscú y Leningrado en la Unión Soviética, pasando por la mayoría de los países intermedios; igualmente en América, con excepción de muy pocos países. La cámara de NEREO, su sensibilidad y asombro han armado una historia visual de paisajes y gentes.
Picasso manifestaba: “Yo no busco, encuentro”. Igualmente podríamos decir los fotógrafos, quienes a diferencia del gran maestro no sólo encontramos sino que nos vemos atropellados por los hechos del acontecer diario, ya sea para registrarlos como un simple documento, o como una obra en la que además de su contenido documental refleje manifestaciones estéticas en función del arte y deleite del espíritu. En esta línea he tratado de ubicar mi expresión fotográfica.
El haber aprendido a ver me enseñó a sentir, a sentir al hombre y al vasto y complejo mundo que lo rodea, sentimientos que en más de una ocasión activaron automáticamente el obturador de mi cámara. Aún contemplo fotos que no sé en qué momento pude haberlas tomado. Hace algún tiempo al ver algunas de ellas, revisando mi archivo, u otras colgadas en las paredes de mi apartamento, experimentaba una extraña sensación que me alteraba el cerebro y el corazón. Se agolpaban junto a mis principios pacifistas, algunos sentimientos morbosos y otros cargados de amor y ternura.
Debieron transcurrir alrededor de tres años para descubrir la razón de esa inquietud: algunas de mis fotos tenían alma…! sentía que con los elementos de sus “contenidos” había “encontrado” otros que al igual que las palabras en la escritura, me permitían una forma nueva de expresarme, de decir cosas.., de gritar!….
Pero de la misma manera que en mi línea anterior, en la “transfografía”, como he llamado a este nuevo lenguaje fotográfico, sentí que no sólo debía decir cosas, sino que debía decirlas técnica y estéticamente bien. Tenía que poner en práctica, además de una serie de recursos fotográficos conocidos, cierta habilidad manual que no poseo, profundizar en la teoría del color e incursionar atrevidamente en la pintura.
La investigación sobre las diferentes técnicas de la pintura, las teorías sobre la aplicación de las distintas formas del color y el estudio del mismo en las obras de grandes maestros de ayer y hoy, enriquecieron más mis conocimientos sobre esta fase de las artes plásticas, permitiéndome presentar gráficamente este experimento sobre “Alma de la Imagen”.
PREMIOS Y HECHOS DESTACADOS
1964 – Un primer premio en el Concurso Mundial de Fotografía organizado por Kodak para la Feria Mundial de Nueva York de ese mismo año.
1967 – Un segundo premio en el Concurso de Documentales para T.V. Española con el documental “La Corraleja”, producido en colaboración con Julio Luzardo.
1968 – Seleccionado como el único fotógrafo colombiano que debía viajar en el vuelo Papal, Roma – Bogotá – Roma, durante la visita de su Santidad Paulo VI a Colombia.
1977 – Mención en la Exposición Internacional de Euro-Picamera.
1978 – Nueva mención en la Exposición de Euro-Picara.
1980 – Miembro del jurado internacional para el Concurso Mundial de Fotografías 1nterpress/79 con sede en Holanda.
1982 – Nombrado por Colcultura como fotógrafo oficial para el cubrimiento en Estocolmo de las actividades de la delegación colombiana ala entrega del Premio Nobel al escritor Gabriel García Márquez.
EXPOSICIONES
1963 – Tercer Festival de Arte en Cali con “HIJOS DE LA TIERRA”.
1964 – Museo de Arte Moderno de Bogotá con “EL HOMBRE CADA DIA”
1967 – Museo La Tertulia de Cali con “FOTOS PARA DECORAR”. 1967 Museo Nacional, Bogotá, con “Y… MAÑANA QUE?”.
1968 – Biblioteca Nacional de Praga, Checoeslovaquia, con “COLOMBIA, UN PAIS DE AMÉRICA”.
1969 – O.P.I.C. México D.F. con “EL…”
1970 – Madrid, España “ARTE CONTEMPORANEO DE AMÉRICA” – Colectiva.
1970 – Moscú; URSS – Embajada de Colombia “COLOMBIA EN AMÉRICA”.
1971 – Galería Principal -Centro Colombo-Americano, Bogotá, con “TOROS DESDE LA OTRA BARRERA”.
1973 – Galería Principal -Centro Colombo-Americano, Bogotá-, con “EL CIRCULO ES UNA FIGURA ESTÉTICA”.
1975 – Popayán – Galería Banco de la República, con “FUTURO”.
1979 – Galería Círculo “HEREDEROS DEL MAÑANA” para lanzar el libro de fotos infantiles del mismo nombre de Círculo de Lectores.
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Tomado del Folleto Nereo
Centro Colombo Americano, 1985