Arrebol

El arrebol se observa en el cielo, sea en el crepúsculo sea en el amanecer. El color se forma por varios fenómenos ópticos.

La luz del sol llega a la Tierra, tras cruzar la atmósfera, la capa de ozono y varias partículas que se encuentran en el aire. Así, se dispersa y en ángulos pequeños, por las diferentes reflexiones y refracciones, predominan las ondas de menor energía, las que corresponden al color rojo. Luego, si existen nubes se produce una nueva dispersión de luz reflejada en las nubes creando una luz de color rojizo a rosado.

Los poetas cantan al arrebol, tomando su color y mostrando su relación con el crepúsculo y los sentimientos que puede generar.

Así, Neruda dice en su poema Jardín de invierno:

“…y me embriagué con la copa del aire
 hasta que todo el mar se hizo nocturno
 y el arrebol se convirtió en ceniza” 

Y en Barrio sin Luz, nos dice:

“Sangre de un arrebol sobre los cerros,
 sangre sobre las calles y las plazas,
 dolor de corazones rotos,
 podre de hastíos y de lágrimas”

El arrebol se observa en cerros y llanuras, en la ciudad, entre los edificios, desde las ventanas, en los puertos, y dondequiera que podamos observar el cielo

Antonio Machado en uno de sus poemas describe el arrebol, así:

“El sueño bajo el sol que aturde y ciega,
 tórrido sueño en la hora de arrebol;
 el río luminoso el aire surca;
 esplende la montaña;
 la tarde es polvo y sol”. 

Incluso Los Jaivas en su álbum titulado Arrebol, la canción Arrebol tiene el siguiente estribillo:

“Ya la luz del día no es más
 que un arrebol que sobre el horizonte quedó”.

Y también, en plena pampa, se muestra el arrebol. Así, Rivera Letelier en Santa María de las flores negras, lo muestra así:

“O como ese crepúsculo teñido de arreboles que ahora mismo teníamos frente a nosotros y que era como si el sol hubiese estallado en una explosión cósmica justo al llegar a la raya del horizonte” 

Borges lo retrata de esta manera:

“Siempre es conmovedor el ocaso
 por indigente o charro que sea,
 pero más conmovedor todavía
 es aquel brillo desesperado y final
 que herrumbra la llanura
 cuando el sol último se ha hundido”

Así, este fenómeno óptico que poetas, cantantes, escritores, lo describen, cantan, comentan y que lo observamos mirando el horizonte… la cámara y los ojos lo registraron y guardaron y aquí exponemos algunas de esas visiones.