La porfía de la mente
De como se la hace difícil a algunos aceptar el milagro de la sorpresa e insisten en fijar, como dogma, algunas ideas, visiones de vida o líneas de pensamiento.
Me cuesta entender la persistencia del pensamiento retrógrado en algunas mentes que parecen, a simple vista, modernas. También me asombra la sobre valoración de lo “moderno” o “novedoso”. Por ejemplo, recuerdo con rabia y con risa, la promesa que hicieron los primeros fabricantes de PCs: «la vida diaria será mas fácil y prácticamente se acabará el uso del papel en los procesos comerciales, educativos, de difusión, etc.”. El resultado de esto es que llegamos todos los días a la casa con los bolsillos llenos de boletas y facturas, sin contar con toneladas de folletos explicativos, certificados de todo tipo y volantes publicitarios. Y el posible «tiempo libre» se va en la espera de que un funcionario logre encontrar en el “sistema” el nº de inventario del producto que tiene frente a sus ojos y sumar 2+2… eso cuando la frase “se cayó el sistema” no te deja parado inerme frente a la caja del supermercado o al funcionario público o privado.
Entonces ¿todo tiempo pasado fue mejor? Ni si, ni no. Soy fotógrafo y conozco colegas que afirman que lo “analógico» es la verdadera fotografía y a otros que no conciben otra cosa que la imagen digital.
De repente hay que parar y revisar el pasado para poder imaginar el presente y proyectarse al futuro.
Es verdad que las imágenes que hacía Luis Daguerre solo se pueden hacer utilizando el método primitivo y tremendamente contaminante desarrollado por él a partir de las experiencias previas de Nicéphore Niépce, pero tampoco son repetibles las fotos de Felice Beato.
En este punto no puedo dejar de recordar un aviso publicado en Buenos Aires por el estudio Meeks y Kelsey, que en 1861 anunció:
«¡No más Daguerrotipos!
Estos son de estilo antiguo y ya no se toman por los artistas en ninguna parte del mundo.
Pida ambrotipos. Pida fotografías.”
La fotografía en la Argentina, Sara Facio, Pag. 21
Hoy hay muchos que, por un lado, hacen discursos en el sentido que “la realidad fotográfica está en Instagram o Facebook y su validez se mide por la cantidad de Likes que tengan y, por otro, están quienes consideran que la “verdadera” fotografía es el viejo procedimiento negativo-positivo, preferentemente en blanco y negro, lo cual es una abstracción, ya que la gran mayoría de los humanos miramos en colores.
Seguiremos conversando sobre esto, por ahora los dejo con este pensamiento del fotógrafo español Eduardo Ruigómez, de la revista 1:1:
«El mundo tiembla y mira por el espejo del retrovisor. Es entonces cuando surge la nostalgia.»